Como ya me habéis oído en más ocasiones: Las Dietas no funcionan. Aquí te traigo 3 razones por las que en mi opinión las dietas te conducen al fracaso y te regalo 10 claves para que empieces a tener éxito.
1. Obviar la biondividualidad de cada persona
¿Cuántas veces te ha ocurrido en esos momentos en los que quieres bajar de peso que acudes a tu médico y saca del cajón una dieta hipocalórica que es la misma que le ha dado al paciente anterior y le dará al siguiente aunque vuestras características sean totalmente diferentes?.
Aunque coincidáis en la necesidad de bajar peso cada una necesita de un tratamiento bioindividualizado que atienda a sus particularidades, puesto que cada persona es única y diferente.
Uno de mis mentores, Joshua Rosenthal solía decir que «EL ALIMENTO DE UNA PERSONA PUEDE SER EL VENENO DE LA OTRA´´. Y es que la salud es algo tan complejo que es muy difícil que una misma dieta funcione para dos personas.
Y para ejemplo un botón, hablemos del aguacate. Un alimento que está muy en auge por su alto contenido en grasas saludables. Pues bien, yo soy altamente alérgica al aguacate y por muy saludable que sea su grasa para el resto de la humanidad, para mí es veneno puro porque me pongo a morir.
Una de mis grandes dificultades con las que he luchado para perder peso, eran las múltiples intolerancias y alergias que me obligaban a evitar diferentes alimentos en su mayor parte saludables puesto que soy alérgica a la proteína vegetal e intolerante a la fructosa.. La mayoría de los profesionales de medicina tradicional que he visitado han sido incapaces de adaptarme una alimentación que se ajustara a mis necesidades. Gracias a esto me ví obligada a escuchar a mi cuerpo e ir aprendiendo qué es lo mejor para mi.
Hasta aquí teniendo en cuenta la parte física de la persona, pero..¿qué me decís de la parte emocional? ¿Cuántos «profesionales de la medicina tradicional´´ a los que habéis visitado para perder peso os han preguntado y escuchado por el momento que estabais pasando? ¿Cuántos se han interesado de conocer si habría algún aspecto emocional que te estaba impidiendo tener una alimentación saludable? ¿Cuántos se han preocupado de identificar que áreas de tu vida estaban desbalanceadas?¿Cuántos han abordado todas las dimensiones de tu persona y se han interesado en proporcionarte todos los apoyos que fueran necesarios? A mí, de momento… ninguno.
2. Restricciones severas
Pasas de comer de todo y la cantidad que te apetece a dejar de comer muchísimos alimentos y los demás en baja cantidad, lo cual genera una respuesta de carencia en el organismo que desata a todos los ogros que llevamos dentro alterando nuestro estado de ánimo, haciendo que estemos más irascibles y nerviosas. También empezaremos a experimentar síntomas como debilidad, hambre, depresión, fatiga o dolores de cabeza. ¿Sabes de lo que te hablo, verdad?
Nuestro cuerpo es un organismo inteligente diseñado para la supervivencia: Cuando pasas de comer de todo y la cantidad que te apetece a dejar de comer muchísimos alimentos y además en baja cantidad, el cuerpo entra en un estado de alarma y servicios mínimos ralentizando a nuestro metabolismo para guardar energía y reservar todo lo almacenado produciendo así la dificultad en la perdida de peso, lo cual genera una frustración inmensa que muchas veces nos llevan de vuelta al descontrol.
Cuando estás con una alta restricción y la ansiedad se pone en modo ON porque encima no ves resultados, o bien porque nos ha sucedido algo que nos desestabiliza emocionalmente viene el inevitable atracón porque no nos han proporcionado ninguna estrategia para gestionar nuestras emociones y no se ha tenido en cuenta que muy a menudo nuestras elecciones alimenticias tienen un componente emocional.
3. No existe un enfoque a largo plazo que sea sostenible en el tiempo
Normalmente son planes alimenticios que con suerte te conducirán a una pérdida de peso más o menos rápida, pero al no haber realizado un abordaje integral de la persona haciendo hincapié en proporcionar estrategias emocionales, de pronto te verás más delgada pero también en la cuerda floja, puesto que al mínimo revés que te plantee la vida y te sea difícil de manejar, si no te han dado una caja de herramientas para canalizar esas emociones volverás irremediablemente a aliarte con la comida para tapar ese agujero negro y otra vez vuelta a empezar a sumar kilos de más y al inevitable efecto Yo-Yo.
Entonces, después de este análisis… ¿Cuál es mi propuesta? ¿Por dónde te ánimo a empezar?
- Destierra de tu cabeza la palabra dieta y cámbiala por tener un estilo de vida saludable. Ten presente que la hora de la comida es tiempo de autocuidado, esto hará que lo implantes como hábito y acabará por ser sostenible en el tiempo.
- Aléjate de la moralidad de la comida y no etiquetes a los alimentos como buenos o malos. Hay alimentos menos nutritivos pero que nos enriquecen el alma.
- Empieza a prestar atención a la calidad de lo que comes y no a la cantidad. Deja de contar calorías y de pasear los alimentos.
- Vuelve a lo básico: Más alimentos integrales, menos procesados. Disminuir el consumo de azúcares y conservantes e ingredientes que no te sean familiares. Volver a una dieta rica en frutas y verduras de temporada, consume una fuente de proteínas de calidad y grasas saludables. Todo esto acompáñalo de una adecuada hidratación.
- Presta atención a aquello que te nutre fuera del plato y busca espacio para ello.
- Intenta tener una excusa siempre para moverte.
- Cuida tus tiempos de descanso y rodéate de naturaleza siempre que puedas.
- Vete haciendo pequeños cambios que sean factibles y sostenibles, no trates de cambiarlo todo de golpe.
- Suscríbete a mi Newsletter si quieres recibir información que te ayude a enraizar todos estos hábitos saludables.
- Agenda una cita conmigo si prefieres recorrer este camino acompañada.
Espero que esta propuesta sea de ayuda para que empieces a tomar las riendas de tu salud.
Recibe mi abrazo de luz.
Belén de María